jueves, 13 de septiembre de 2007

<"O nos separamos o me pego un tiro">


En Módena ya circulaba como cotilleo el día del funeral, pero ayer tomó forma de primera página y entrecomillados, en palabras que se atribuyen a Luciano Pavarotti: «Estoy fatal, en estos últimos años Nicoletta me ha atormentado, me hace vivir solo, estoy aislado, mis amigos ya no vienen a verme, habla mal de mis hijas, me rodea de personas que no me gustan».
Estos y otros desconcertantes lamentos contra su segunda esposa, Nicoletta Mantovani, habría confiado el famoso tenor, fallecido el pasado jueves por un cáncer, a un matrimonio de amigos de toda la vida, el músico Leone Magiera y Lidia La Marca.
Lo hizo, según la pareja, en la visita que le hicieron al hospital el pasado 16 de agosto. Pavarotti pidió quedarse a solas con La Marca y se desahogó «como un niño» contra su mujer. Despotricó durante 20 minutos y luego le pidió que lo contara todo después del funeral. Y es lo que hizo ayer esta señora, «por deber moral», en el diario turinés 'La Stampa'.
El retrato que emerge de Nicoletta es despiadado y confirma algunos de los rumores de los últimos meses, que hablan incluso de que el tenor cambió recientemente su testamento para dejarla fuera del reparto de bienes. «Sólo piensa en el dinero, me trae documentos para que los firme, me amenaza con no dejarme ver a Alice (la hija de cuatro años de ambos), me hace escenas», habría dicho Pavarotti.
Su aislamiento habría incluido incluso a sus dos asistentes de confianza, el peruano Tino y su mujer Verónica: «Me ha alejado de ellos, que para mí son como hijos». Como culminación de este retrato de un hombre «desesperado», La Marca cita una frase lapidaria de Pavarotti: «¿Sabes cómo terminará? Que o nos separamos o me pego un tiro».
Tan tremendas revelaciones han atizado de inmediato el previsible culebrón 'post-Pavarotti', un mejunje formidable para la prensa compuesto de testamentos cambiados, fortunas incalculables, propiedades secretas y enemistad de la viuda con la primera mujer, Adua Veroni, y sus tres hijas.
Tras el funeral, la historia arranca de nuevo.
La otra parte interesante es la fortuna y testamento del tenor. El patrimonio de Pavarotti ya salió a la luz a raíz del divorcio de Adua Veroni, por medio de cifras estratosféricas nunca confirmadas. Ahora vuelve a ser objeto de cábalas y la prensa italiana habla de una fortuna de 200 millones de euros.
Como el debate se ha disparado, las hijas del artista divulgaron el martes un comunicado en el que desmentían los números «fantasmagóricos» publicados y negaban que hubiera un «testamento de última hora». Según precisó el notario del tenor, hizo testamento el pasado 29 de julio, antes de su recaída fatal, y será comunicado a la familia en los próximos meses. Las hijas de Pavarotti también rechazaron como «especulaciones» la supuesta mala relación entre ellas y Mantovani. Pero todo esto era antes de las revelaciones de ayer.

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